Como cada día por la mañana
un muchacho con traje y corbata
se asoma a la mar llamándola hermana.
Y todas las mañanas la hermana
no responde a ninguna llamada
a otro día de la semana aguarda.
Y cuando por fin la mar se despierta
allí en la orilla nadie la espera
todos han marchado, nadie se queda,
menos el chico que en la mar se adentra.